Resumen
Se analiza
la relación entre audiencias y formatos radiofónicos. Se estudia también la
situación de dichos formatos en la sociedad actual. Se advierten las amenazas y
propuestas que encierra las TIC’s para los radialistas y periodistas en
general.
Palabras
clave
Formatos
radiofónicos, audiencias, TIC, sociedad de la información.
FORMATOS
RADIOFÓNICOS Y AUDIENCIAS
En la
radio, el papel que desempeña la continua alternancia de formatos radiofónicos
es casi casi conditio sine qua non para
que mantenga su estabilidad vital. Sucede, entonces, algo muy análogo al gran
drama de la prensa escrita. Sus existencias están en función a un buen manejo
de los formatos y/o géneros específicos de cada medio.
Pero la
elaboración de estos productos radiofónicos depende de varios factores. Entre
ellos, uno de los que se distinguen por su importancia es el factor público.
La
investigación de las audiencias es materia crucial dentro de este proceso,
puesto que ellas encarnan los famosos público
meta y público bienvenido. Una
breve detención en el camino para definirlos a grandes rasgos debiera suponer
una correcta comprensión de estas líneas.
Público
meta es lo que en la disciplina del marketing llamamos público objetivo. Es
decir, el conjunto focalizado al que se le envía un determinado mensaje.
Público bienvenido son las audiencias aisladas que, ante el interés que podría
suscitar en ellas una buena elaboración del producto radiofónico, son
susceptibles de consumirlos.
Las
herramientas utilizadas para la investigación en las audiencias de sus
preferencias por dichos productos, son extraídas de las estrategias
publicitarias.
“Lo que es relativamente
nuevo –afirma Gina Gogin Sis- es el interés por el estudio del público desde
una perspectiva cultural que insiste básicamente en las ‘lecturas’ que los
sujetos hacen de lo que consumen y no en los efectos que causan en ellos. Por
tanto, es todo el ámbito cultural el que es puesto en evidencia para la
investigación de públicos en la actualidad”.
Lo anterior
desvela y explica, sumariamente, modo
grosso, el porqué de la sentida ausencia de formatos radiofónicos
calificados dentro del Menú No Tan Informativo, como radiodramas, radionovelas
y demás productos consagrados a la educación y orientación desde una
perspectiva estrictamente radial. Elementos del Menú Informativo, como las
crónicas, son producidas rara vez para el medio radial. La enfermedad empieza a
expandirse sin visos de remedio.
Urge, pues,
en este sentido, realizar un sesudo examen de la radiodifusión para determinar
su calidad y, acaso, su tiempo de vida.
Son
precisamente –conviene no olvidarlo- las audiencias el vector determinante del
formato de programación de las emisoras radiales. Pues sin haber constatado de
las características de ellas, la sintonía se presentaría como un rasgo nublado
e inconcluso.
LOS
FORMATOS RADIOFÓNICOS EN LA ERA ACTUAL
Una vez más
es nuestro deseo resaltar la similitud guardada entre el medio radial y el
medio escrito. Ambos dependen, a nuestro parecer, de la incursión audaz en los
formatos y/o g{eneros de que disponen cada uno.
Sin
embargo, una inefable decadencia hace padecer a los medios de comunicación. Las
aventuras económicas no hacen distingo de medios. El arrasamiento es, casi
diríase, inexorable.
El afán de
comercialización de los medios que se ha apoderado del espíritu moderno parece
propiciar la proscripción de ciertos formatos radiales. Preguntémonos, hagamos
un voluntario examen de conciencia: ¿quién oye radionovelas en la actualidad?
De todo
este asunto, la radio bien podría salir por la puerta grande. “No es poca la
responsabilidad que se le adjudica a ella”, dice Chema Salcedo. La galopante
comercialización, con ánimos de propagarse infinitamente, ha terminado por
estropear los mejores potenciales radialistas en lo tocante a los productos
radiofónicos.
BINOMIO
PERIODISTA-MÁQUINA
Por otro
lado, el impacto causado por la emergencia de nuevas tecnologías en materia de
comunicaciones obliga a los periodistas especializados en la radiodifusión a
replantear su papel en el proceso de la comunicación.
Sorprendido
por estas nuevas TIC’s, los ejecutores del ejercicio radial no deben “dormirse”
en este contexto agitado. La facilitación del trabajo radial se precipita
gracias también a este desborde tecnológico. Sin embargo, esta nueva situación
puede resultar siendo un arma peligrosa de doble filo.
El
inescrupuloso acaparamiento de todo el conocimiento de parte de la hegemonía
imperialista norteamericana deja sin un posible ejercicio de libertad a los
países del Tercer Mundo, sumiéndolos más bien en una restricción de sus
libertades más básicas y exasperándolas hasta el colmo del atraso.
Sin embargo
y pese a todo, la relación del hombre con la máquina, esto entre comunicadores
y tecnologías, solo es dable en la medida en que ninguno devore al otro.
Planteamos un desdén a la clásica ley de la supervivencia del más apto.
La Internet
es un inapreciable elemento de nuestros días, frente al cual nacen también
nuevas preocupaciones. Una de ellas puede ser la sobreabundancia de
informaciones en las redes digitales. Es la Sociedad de la Información, pero no
vislumbramos si ella es buena o de carácter lesivo. Es, en todo caso, un nuevo
planteamiento que observar.
Manuel
Castells, uno de los más arduos investigadores que más ha desarrollado este
tema tan capital dice: “Lo que caracteriza
a la revolución tecnológica actual no es
el carácter central del
conocimiento
y la información, sino la aplicación de ese conocimiento e información a aparatos
de generación de conocimiento y procesamiento de la información/comunicación,
en un círculo de retroalimentación acumulativo entre la innovación y sus usos”.
Es decir,
para Castells, la Sociedad de la Información no es sino un interminable círculo
de influencia que se retroalimenta constantemente. Pero Castells olvida el
hecho de que el conocimiento está siendo atribuido a un enorme sector del globo
terráqueo. Es evidente de quién se trata. Y es menester mirar con recelo este
hecho.
Lo que
queda claro para nosotros es que una nueva etapa está en proceso, la cual
encierra, a su vez, amenazas y propuestas, ambas dignas de ser evaluadas con un
criterio científico y estudioso.
Lo que
deriva hacia los comunicadores de esta época es la continua adaptación a las
nuevas tecnologías de la información y de la comunicación. Y a la radio
propiamente dicha, se le conmina –humildemente, desde luego- a no hundir su
propio salvavidas.
La urgencia
de replantear estos principios se actualizan a tan veloz tiempo, que me temo
que este artículo devenga en anacrónico y desfasado. Sería una pena.
Síntesis
conclusiva
Los
estudios actuales de las audiencias están hechos sobre técnicas publicitarias y
son de suma importancia para establecer los formatos de programación radial.
Las audiencias modelan la radio.
Entretanto, la nueva Sociedad de la Información remueve los cimientos de
la profesión radial y obliga a sus protagonistas a buscar nuevas propuestas y
nuevos soportes en ella.
REFERENCIAS
·
CASTELLS, Manuel. La sociedad informacional.
·
GOGIN SAIS, Gina. ¿Qué significa hablar de radio?
·
NARANJO GARCÍA, Reynaldo. Talleres de comunicación.
Enlaces de Interés: