domingo, 15 de julio de 2012

DE POR QUÉ LA RADIO ES UN MEDIO MASIVO

RESUMEN Se habla del problema de la radio vista desde una perspectiva masiva. Se aborda, asimismo, sucintamente el problema de la emergencia de una cultura de masas. PALABRAS CLAVE: medios, cultura de masas, masificación, radio. En el capítulo titulado “Locutoras y locutores” de su Manual urgente para radialistas apasionadas y apasionados, José Ignacio López Vigil aborda el problema muy controvertido y considerable acerca de la posición de situar a los medios desde un enfoque masivo. La radio –dice López Vigil- es un medio masivamente individual. Y es cierto en la medida en que la radio es emitida de forma masiva, sin embargo la recepción de sus mensajes pertenecen a un contacto más cercano e íntimo entre el emisor o la fuente y el receptor, es decir, entre locutor e individuo común. Es buena la tesis que sostiene López Vigil, sin embargo no deja de ser cierta tampoco la premisa fulminante de que la radio nos ve y sitúa comúnmente dentro de un ámbito masivo. En una palabra, muchas veces nos desindividualizan, nos ven como masa, como una manada sin intelectualidad, como meros espectros desprovistos de capacidades soberanas de elegir y reflexionar. “(…) en la práctica, una gran parte de las audiencias no están en condiciones de elegir entre el universo de temas en los que puede estar interesado; sería incluso posible suponer que muchas personas se limitan a consumir aquellos contenidos que la oferta comunicativa y sus condiciones existenciales, ponen a su alcance”, ha apostillado Manuel Martín Serrano. Es ésta otra condición que enriquece la discusión en torno a la masificación de los medios de comunicación masivos: la incapacidad del receptor para establecer una distancia pertinente entre sus actitudes y los mensajes. En una sociedad altamente predispuesta para la práctica del facilismo y sus flacos derivados, observamos que muchas veces la publicidad utiliza esa condición para enclaustrarse en las mentes endebles de todos los consumidores de medios. De ahí que los medios hayan empezado a vernos como estadísticas, como meros pedacitos de curvas en la célebre (y muy manida, por cierto) segmentación de mercados. El lector podrá colegir que, ante tal ofensiva mediática, solo nos queda protegernos y consumir los medios de forma suspicaz y esquinada. ¡Exacto!: a esa situación es a la que nos han conducido el brote explosivo y confuso de los varios mensajes mediáticos que nos llegan a diario, reduciéndonos a personajes en plan de guardianes de nuestras propias voluntades. Además, la condición que mencioné con anterioridad se ciñe a una creciente masificación de todo lo que nos rodea. Desde los medios hasta las drogas, pasando por la religión, la literatura, la música y el erotismo como fuente de creación artística, todos los elementos que siempre han constituido una civilización han devenido –la término más preciso sería degradado- en simples formas de obtener dinero y en serviles actividades prestas a auxiliar los bolsillos de los dueños del mercado. En suma, nos han comenzado a moldear con la peor arcilla. Carlos Prado advierte: “El poder de los medios de comunicación de masas es decisivo, porque son ellos los que impulsan el comercio, dado que los productos no tendrían mercado si no fuera por la medicación de la publicidad que transmiten”. Es posible vislumbrar la indefinición de la línea divisoria que delimitaba el terreno del valor y el precio. Ambos son confundidos ahora. Lo que vale más y se vende más, detenta un valor “loable”. Pero para no intentar tomar una desviación en el tema, la conclusión la vislumbramos de manera diáfana: asistimos a una enorme masificación de los medios que ha comenzado a actuar en demérito de ellos mismos y se ha convertido en un síntoma candente para la humanidad. Existe una denominación al actual panorama: la cultura de masas. Pues si ésta determina los gustos, los hábitos, los comportamientos, los deseos y las formas de coexistir de los individuos, el resultado nos resulta estremecedor, dado que nuestras mentes y voluntades podrían ser eventualmente gobernadas y reprimidas por quienes deseen hacerlo. La publicidad, la propaganda (tan eficaz a lo largo de la historia) han hecho de nuestra cultura una cohorte de usureros, una jauría de perros acezantes y, por supuesto, enormes puñados de gentes adormecidas e inyectadas del virus esnobista. Los ejemplos sobreabundan para ilustrar estas teorías. Aquel caso famoso de Lenin y el apoyo a la radio, durante la revolución bolchevique; el adoctrinamiento de las mentes a través del totalitarismo nazi, a fin de preparar la atmósfera hacia la invasión de los países cercanos (el artífice de tamaña estrategia fue el Ministro de Propaganda Goebbels); la adquisición de los comunistas de Radio Seúl, en Corea, en 1950, con el objeto de impedir las comunicaciones del exterior. La manipulación de las mentes de los soldados durante la II Guerra Mundial. La escena circundante en derredor de la radio es, entonces, un tanto apocalíptica, sin embargo esa misma visión no está exenta del poder de batallar contra ese enorme perjuicio global y realizar una radio sustancial y responsable, que evada las formas más sutiles de la manipulación mediática y alimente un porvenir más que visionario, un futuro duradero y ancho. SÍNTESIS CONCLUSIVA La radio será únicamente un medio de comunicación masiva, siempre que sea un espacio destinado a la frivolización de los contenidos. La panacea adecuada debería ser un distanciamiento ético entre los medios y la publicidad sutil o subliminal, que, desde luego, no sea letra muerta. REFERENCIAS • LÓPEZ VIL, José Ignacio. Manual urgente para radialistas apasionadas y apasionados. • MARTÍN SERRANO, Manuel. Las funciones sociales que cumplen los medios de comunicación de masas, Revista “Anàlisi”, Nº 9, 1984. • PRADO, Carlos. Los medios de comunicación de masas y su impacto en la vida social. Comentario del pensamiento de Anthony Giddens. Enlaces de interés: http://www.periodismo.uchile.cl/talleres/teoriacomunicacion/archivos/mcquail.pdf http://www.lapaginadefinitiva.com/weblog/articulosglopez/manpropnazi.PDF http://ddd.uab.es/pub/analisi/02112175n9p199.pdf Enlaces con videos: - http://www.youtube.com/watch?v=5SXagFhQ7LA&feature=plcp - http://www.youtube.com/watch?v=9VjVvc6KNQY&feature=plcp

DOS PUNTOS DE MIRA: LA CULTURA Y LAS PALABRAS

RESUMEN Se pergeña una breve defensa de la cultura como virtud de las elites. Asimismo, se concluye que ningún medio relegará a otro, sino que cada cual sabrá delimitar su espacio a la medida de sus funciones. PALABRAS CLAVES Cultura, alta cultura, medios. SOBRE LA CULTURA En el capítulo titulado “El lenguaje de la radio” de su Manual urgente para radialistas apasionadas y apasionados, José Ignacio López Vigil aborda muy sucintamente el discutible tema de la cultura, encerrado en un subtítulo bajo el nombre de “Ya no somos profundos…”. Yo quisiera referir unas palabras al respecto, advirtiendo al lector anticipadamente que me dispongo a situarme en una posición diametralmente contrapuesta a la marcada por el autor del citado libro. López Vigil arguye que “cultura no es otra cosa que la adecuada relación que establecemos con el entorno”. Con tal argumento esgrimido, este señor experto en la temática radial se suma al puñado de autores que sostienen que la cultura no es sino la suma de todos los elementos que componen la vida social, encuéntrense entre ellas la lengua, los modus vivendis, la organización de la vida social, las relaciones interpersonales, las costumbres, la religión, lo que se adora, lo que se abomina, etcétera. Esta definición de cultura que ha comenzado en las últimas décadas a adquirir la proporción de un concepto incontestable, no representa otra cosa que el consiguiente resultado de tratar de democratizar la cultura. De ahí que no haya nadie inculto. Pues, a decir de esta mala concepción de la cultura, asistimos a una civilización en la que todos somos cultos. De manera que aquel que ha leído A Shakespeare y destaca en la creación artística e intelectual equivale intelectualmente al chofer del autobús que arranca sin que haya terminado de descender de él una anciana trémula. Eso, según la reciente definición de cultura. T.S. Elliot, en 1948, también ha hablado, en Notes towards the Definition of Culture, de la pérdida creciente de la definición primigenia que se dio antaño al término “cultura”. Según Elliot, el sistema cultural pasado, que era el ideal, alberga tres instancias: el individuo, el grupo o elite y la sociedad e su conjunto. Además, según esta explicación, de las clases sociales procede la elite que viene a ser la “alta cultura”. Como observamos, aparte de fundamentar su tesis, introduce la percepción de una alta cultura, una minoría que, por propios designios de la naturaleza, se encuentra dirigida hacia la sensibilidad y el interés intelectuales y artísticos. Muchos antropólogos, etnólogos y sociólogos, por un mero arrebato de bondad, tuvieron el desacierto de intentar –al parecer con éxito- democratizar la cultura, llamando cultos a todo el mundo. Son los mismos, también, quienes disfrazan la “incultura” bajo los grises ropajes de la “cultura popular”. Indudablemente, un formidable error que ha desembocado en una confusión sin visos de desenmarañarse: no sabemos qué es cultura y qué no lo es. No quisiera ser demasiado expansivo en el tópico concerniente a la cultura; sin embargo, me resulta preciso subrayar que ella debe ser percibida como un valor direccional destinado a muy pocos, que van a ser, a su vez, los destinados a mantener una comunicación indisoluble con los demás miembros del sistema social a que pertenecen. Este es, pues, el replanteamiento de la antigua noción de la cultura como valor sustancia de una sociedad. EL PODER DE LAS PALABRAS “La humanidad entrará en el tercer milenio bajo el imperio de las palabras. No es cierto que la imagen esté desplazándolas ni que pueda extinguirlas. Al contrario, está potenciándolas: nunca hubo en el mundo tantas palabras con tanto alcance, autoridad y albedrío como en la inmensa Babel de la vida actual”, sostiene de manera optimista Gabriel García Márquez. Es cierto de que las palabras redundan más profundo en la hondura de los sentimientos humanos. Ellas proveen al hombre de emociones, lo bañan de sensaciones y lo sumergen en un mar de fantasías. En ese sentido, entonces, la sociedad no parece definir la razón exacta de la desaparición de los medios cuya materia prima son las palabras, sean estos la radio o los diversos diarios que pululan en el ambiente. Es cierto que es sintomático el hecho de que la imagen comience a imponerse sobre la escritura, pero esto no es realizado en detrimento de los demás medios que se valen de la palabra para establecer vías de comunicación entre los emisores y los receptores. Se discute sobremanera el hecho de la irrupción de los nuevos mecanismos de fomentar la comunicación, como la nueva revolución multimedia, sin embargo, desde el punto de vista histórico, ninún medio ha sido desplazado por otro. Al contrario, cada uno ha sabido delimitar su espacio, cada cual ha enriquecido sus contornos, cada quien se ha acomodado al nuevo sistema mediático. La visión en torno de la cual giran estos medios –la desaparición de los medios por otros medios- queda anulada de facto, en la medida en que no se encuentran dentro de la posibilidad apocalíptica de eliminarse. Queda, pues, establecida la conclusión de que, pese a que unos se imponen sobre otros, jamás ellos haraán desaparecer a estos. REFERENCIAS • GARCÍA MÁRQUEZ, Gabriel. Yo no vengo a decir un discurso. Editorial Sudamericana, 2010. • LÓPEZ VIGIL, José Ignacio. Manual urgente para radialistas apasionadas y apasionados • ELLIOT, T.S. Notes towards the definition of cultura. 1948 Enlaces de Interés: http://www.ciudadseva.com/textos/otros/ggmbote.htm http://www.amarc.org/documents/articles/Radio_TV_en_era_digital.pdf http://pensardenuevo.org/%C2%BFel-reto-de-la-prensa-escrita-en-el-siglo-xxi/ Enlaces con vídeos: - http://www.youtube.com/watch?v=LTpbTun6WqU&feature=plcp

UNA TEORÍA EN LA ACTUALIDAD DE LA RADIO

RESUMEN Se explica por qué la radio no tiene una gran acogida en una sociedad gobernada por el facilismo y la mediocridad mental. Asimismo, se pergeña una teoría explicativa de un teórico poder de la radio frente a los otros medios de comunicación. PALABRAS CLAVES: facilismo, sociedad light, radio, comunicación. LA RADIO Y LA SOCIEDAD LIGHT Si la radio es un medio eminentemente visual, como decía McLuhan, entonces la sociedad se está cegando –digo yo. Pues si nos hemos acostumbrado, con la intempestiva llegada de aquella cajita idiota (box stupid) llamada televisión, a solo ver imágenes en vivaz movilidad, no esperemos que nuestros esfuerzos se centren en imaginar y crear. Si no creen esto, pregúntense por qué no tenemos gente más aproximada a la intelligentsia, es decir, individuos más cercanos a la creación artística y científica. La radio, es cierto, promueve y fomenta el elemento creativo, exige una mayor capacidad de atención e interpretación y por lo tanto un mayor roce con el ejercicio de la facultad natural de pensar. Sin embargo, hoy en día, ¿hay gente dispuesta a pensar? Hay ahora, en la sociedad actual, una suerte de paroxismo por regodearse con lo más vil que nos ofrecen los medios. Proliferan, por un lado, tabloides variopintos con mujeres en sus caratulas ofreciendo sus grupas a la permanencia de una foto, y parpadean, por otro lado, en la tele programas que van desde lo burlesco como esa pantomima de mal gusto llamada Al fondo hay sitio, hervidero de prejuicios y estereotipos de corte racial, hasta segmentos que rayan con la mierda televisiva como ese esperpento llamado Amor, amor, amor, programa emitido por el canal de señal abierta Frecuencia Latina, que parece postular al Guiness como lo más abominable que se puede obsequiar a la vista. ¿Y la radio? Mientras siga siendo la fugaz compañía de taxistas “al volante” y mera emisora destinada a hacer eco de los éxitos más sonados (que, por cierto, no parecen tener un control de calidad), seguirá siendo el segundo plato de la mesa mediática. Lo que quiero decir es que estamos asistiendo a una suerte de precipitación a las cavernas de peligrosas del facilismo. ¡Cuidado! Porque se ha comenzado a moldear la civilización de acuerdo a los fallos de la publicidad. Lo que se vende más tiene mayor valor. Todo se ha vuelto light, como bien ha sentenciado Mario Vargas Llosa en su ensayo La civilización del espectáculo. Y lo peor es que esta enfermedad ha conversado a adquirir las proporciones amenazantes de una epidemia con ansias de perpetuarse a través de los siglos. Está claro, entonces, que hay una enorme apetencia de lo fácil. De ahí la gran acogida de los programas basuras en la tele, las emisoras netamente musicales, los libros ligeros y frívolos como Harry Potter, mamotretos condenados a la no-posteridad, en fin, todo un abanico de posibilidades para el placer de las mentes laxas. César Hildebrandt dice que “en la televisión, el concepto está implícito en la imagen”. Y como ya hemos dicho que más simple es ver que pensar, se opta por la TV, entonces. UNA TEORÍA DE LA RADIO Desde que la palabra fuese inventada, la vida comenzó a hacerse más fácil para las antiguas civilizaciones. En Macondo, aquel pueblo de la inolvidable novela de Gabriel García Márquez, Cien años de soledad, cierto día, todoslos habitantes empezaron a olvidarse de las cosas más elementales, obligándolos a bautizar con nuevos nombres todos los objetos y etiquetarlos con tales denominaciones; sin embargo, la situación se agravó cuando también olvidaron leer; tuvieron que esperar a que Melquíades, un poblador, llegara con la bebida que les hiciera restaurar la memoria de antaño. Este ejemplo garciamarquiano retrata con suma fidelidad la necesidad de la palabra para una existencia ordenada. Sin ella, lamentablemente, seriamos presas del infortunio y el caos sobrevendría en forma de desastres ininteligibles. Por eso es que diariamente necesitamos de comunicarnos a través no solo de miradas sino de palabras. Como decía el gran cuentista Julio Cortázar en algún lugar de Rayuela, “el hombre es el animal que pregunta”. De ahí la enorme capacidad de los hombres para distinguirnos de entre los animales. Pues éstos no gozan de las facultades humanas de hablar, preguntar, responder, aconsejar, cantar, etcétera. Y el hombre, que nunca ha podido hacer prescindencia de la palabra oral, ha podido establecer su vida social a la sombra de la comunicación permanente. En este sentido, entonces, la radio ostenta una ventaja jamás equiparable con los demás medios de comunicación. Recordemos que los comunistas, al ocupar Seul, en Corea, allá por 1950, pese a haberse apoderado de Radio Seul, decomisaron todos los radio-receptores que la población tenía, a fin de impedir que recibieran las informaciones procedentes del exterior. Según Wilbur Schramm, autoridad norteamericana en comunicaciones, los rojos prefirieron sacrificar la ventaja de usar Radio Seul, a cambio de obtenerla seguridad de que la población coreana no pudiera recibir información alguna del exterior. Siempre las ideas, asimiladas en palabras, han sido peligrosas para la permanencia de los regímenes dictatoriales, pues éstas, gracias a la comprensión, atención e interpretación de las personas en el marco de sus facultades mentales, han revelado un gran poder para calar hondo en las mentes y, por qué no, corazones de la vida de todos los pueblos. SÍNTESIS CONCLUSIVA La radio no paree tener trazas de imponerse sobra la radio. La buena producción radiofónica, lamentablemente, quedará como la verdadera cultura, destinada a muy pocos que aún sobrevivan en el naufragio intelectual. Sin embargo, a mi juicio, la radio es la verdadera ejecutora de la comunicación, en la verdadera dimensión del término. REFERENCIAS • CORTÁZAR, Julio. Rayuela, 1963. • NARANJO GARCÍA, Reynaldo. Talleres de comunicación, cuaderno 1. Perú: Lima, 1983. • SCHRAMM, Wilbur. The Process and Effects of Mass Comunnications, citado por Juan E. Díaz Bordenave en el artículo “Latinoamérica necesita revolucionar sus Comunicaciones”, Publicación del Instituto Internacional de Estudios Político-Sociales “Combate”, N° 25, Volumen IV, Noviembre y Diciembre de 1962. • VARGAS LLOSA, Mario. La civilización del espectáculo, Editorial Alfaguara. España: Madrid, 2012. Enlaces de Interés: http://encontrarte.aporrea.org/media/48/marcelo.pdf http://redalyc.uaemex.mx/pdf/175/17511203.pdf http://www.bocc.ubi.pt/pag/rodero-emma-radio-futuro.pdf Enlaces con vídeos: - http://www.youtube.com/watch?v=WeKfb3CxVGw&feature=plcp - http://www.youtube.com/watch?v=kuiFNNHB7rc&feature=plcp

LOS MEDIOS EN EL OJO DE LA HISTORIA

RESUMEN: Se habla de que los medios se han adaptado a la incursión de nuevos medios en el “medio”. Se hace un breve análisis de por qué los medios han suscitado los miedos generalizados. PALABRAS CLAVES: medios, revolución, tecnología, miedos, quinto poder. A TRAVÉS DE LOS SIGLOS A lo largo de toda la historia, los medios de comunicación han sido presas de un proceso de revolución que ha terminado por depurarlos de acuerdo a las exigencias de las últimas tecnologías como a las demandas de un mundo más amplio y, por lo tanto, más necesitado de comunicación. En esa historia de los medios de comunicación, diversos hitos son las que la signaron. En el principio de los siglos, las comunidades tribales, que no sabían leer ni escribir, buscaban formas eficientes de coexistir. A decir de Marshall McLuhan, ella se desarrollaba en un espacio acústico “donde todas las relaciones son simultáneas”. Ulteriormente, nuevas formas de emitir significados a través de la comunicación entre individuos fue desarrollándose de manera más civilizada: aparece Gutenberg y su imprenta, la cual arroja al hombre al vórtice de la tormenta del progreso científico. Poco después, Marconi desarrolla su telégrafo que viene a ser el antecedente más inequívoco de la radio como un medio de comunicación. Así, pues, podemos sostener la afamada premisa de McLuhan: “el medio es el mensaje”. Pues si los medio
s describieron un hondo avance en el marco de la ingente historia, ellos mismos, en su seno, arrastraban consigo la idea perspicaz de que el mensaje subyacente era el progreso continuo, el avance científico y el desarrollo tecnológico. Todo planteado por una premisa certera. Claro, después de la radio la televisión hizo su aparición con su avasallante imponencia, relegando a un segundo lugar a aquella. Y así que la pregunta que conviene formularnos con extrema pertinencia es si la radio se encuentra en decadencia y a punto de exhalar el estertor final. Las cifras arrojadas por algunas encuestas no son muy alentadoras. En una de ellas, realizada en Perú el 2011, reveló que la única ciudad donde la radio prima sobre la televisión es Puno. Mi tesis, pese a todo, se sostiene en la aserción de que la radio ni ningún medio van a desaparecer a causa del advenimiento de las nuevas inserciones tecnológicas de los medios. Cada medio delimita, acaso de manera innata, su espacio. Ni la radio ni la prensa van a ser muertas por la parafernalia amenazante de la TV. “Pedro Orive Riva, en el primer volumen de Estructura de la Información Periodística, explica: “La presencia de dos instrumentos innovadores (radio y TV) no provoca la desaparición delos anteriores, sino que interactuando mutuamente, rectifican la trayectoria evolutiva de los anteriores, delimitándose, por primera vez, sus respectivos campos.” Cada medio se asigna sus funciones, asimilando y adaptándose a los nuevos cambios que significa la incursión de tecnologías más avanzadas y diestras. Pero lo cierto es que cada medio tiene un terreno propio, en el que se conduce y opera. Servan Schreiber, fundador del diario francés Le Monde, dice que “la radio anuncia el hecho, la televisión lo muestra, la prensa lo explica y comenta”. Por otro lado, se nos antoja otro argumento que esgrimir en defensa de una radio constantemente atacada, y es que, como decía el brillantísimo Manuel González Prada, “no siempre las palabras vuelan y los escritos quedan”. E inmediatamente el gran prosistase apresura a ejemplificar: “El Buda, Sócrates y Jesús no escribieron. Miles de hombres lo han hecho y nadie se acuerda de sus escritos”. Con esta conclusión, González Prada nos anuncia la permanencia, la inmortalidad, de las buenas palabras, fuente principal y materia prima del medio radial. MEDIOS Y MIEDOS Los medios han desembocado en los miedos. Pues si ellos, en otras décadas nos sirvieron de parapeto contra los malos dictámenes de los estados democráticos y autoritarios –sobre todo éstos últimos-, han cejado hogaño en su vacilante mira. El resultado: una creciente desconfianza hacia los medios. Es cierto, se repite como eco vulgarizador que los medios representan a los ciudadanos, les sirven de intermediarios. Pero lo que se admite también es que ahora ellos han servido de escenario a los intereses más impropios, esto sin contar la ola de expansión procaz de sus contenidos. Pululan, pues, por todos lados voces pagadas, plumas arrendadas e imágenes hipotecadas. La solución no parece tener visos de asomarse, pero lo que se hace cada vez más innegable es que los distintos ciudadanos de a pie han comenzado a movilizarse en procura de acabar con la prevaricación de los medios. Quizás esto sea el inicio para forjar un eventual “quinto poder”. El movimiento “Yo soy 132”, en México, puede ilustrar lo que digo. Este movimiento, surgido en una coyuntura política muy sesgada y polarizada, se ha levantado a fin de exigirle a la más grande empresa de difusión mexicana, Televisa, un mejor comportamiento durante las recientes elecciones, que, como hemos observado, han desembocado en el triunfo del candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Enrique Peña Nieto, frustrando de esta manera el mencionado movimiento activo de los mexicanos. La situación mediática que se vive en la mayor parte de los pueblos de América Latina y del mundo en general, atraviesa por una crisis que se agrava en la medida en que fluye el comportamiento oblicuo y manipulado de sus principales actores: los medios. Y lo peor es que dicha situación halla su cauce en razones más enérgicas y complejas y que merecerían un cambio íntegro en la actual organización del statu quo. SÍNTESIS CONCLUSIVA No obstante el enorme apogeo de la televisión como medio principal de difusión, cada medio de comunicación va a saber demarcar su espacio para desempeñar sus funciones. Por otro lado, la atmósfera mediática que circunda a los países de todo el mundo amenaza con saturarse con un miasma que acabará cuando los ciudadanos de a pie formen un verdadero “quinto poder”. REFERENCIAS • AD-REM, encuesta realizada a solicitud del Consejo Consultivo de Radio y Televisión, Perú: Lima, 2011. • GONZÁLEZ PRADA, Manuel. Horas de lucha, artículo titulado “Nuestro periodismo”, Perú: Lima, 1908. • MCLUHAN, Marshall. El medio es el mensaje, 1967. • ORIVE, Pedro. , Estructura de la información periodística, (1), Ediciones Pirámide, Madrid, 1977. Enlaces de Interés: http://wwww.nuso.org/upload/articulos/2765_1.pdf http://www.google.com.pe/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=3&ved=0CFIQFjAC&url=http%3A%2F%2Fwww.ucasal.net%2Funid-academicas%2Fartes-y-ciencias%2Fcongresos%2Fredcom10%2Farchivos%2Fredcom-ponencia%2FEjes23y4%2FEje3%2FMesa3-3%2FUlloa-Cueva_PN_.pdf&ei=2HQDULOyL8iE0QHZoMi7Bw&usg=AFQjCNHVWCSI7xWtHyTpDUD9TzBamijSDQ&sig2=9cMPtB48q8N133C27TqSww http://www.google.com.pe/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=7&ved=0CFgQFjAG&url=http%3A%2F%2Feprints.ucm.es%2F5983%2F1%2FTvDigitalversusVblog.pdf&ei=2HQDULOyL8iE0QHZoMi7Bw&usg=AFQjCNHrx-elux9DrrXDVrF3ZVejiRXPaw&sig2=Dzf2wZk3WaV5qhZ3Tc80Sg Enlaces con vídeos: - http://www.youtube.com/watch?v=48atA_6evZY&feature=plcp